Novela negra de suspense en torno a la desaparición de una chica de 16 años en un pequeño pueblo de montaña.
Anna Lou es el nombre de esta chica modélica.
Para hacerse cargo del caso llega un prestigioso detective, Vogel, que es experto en este tipo de casos, pero que utiliza unos métodos poco ortodoxos. A él lo que más le interesa es la publicidad, salir en los medios de comunicación.
En general, a todas nos ha gustado mucho la novela, porque mantiene la intriga y el suspense hasta el final, aunque el autor complica tanto la trama que el desenlace final puede decepcionarnos un poco por lo rebuscado que es.
Se observa una denuncia a la manipulación de los medios de comunicación.
No hay que dejarse llevar por las apariencias. Nadie es como parece. El autor juega constantemente con el lector. ¿Quién importa más la víctima o el asesino? Llega un momento en el que nadie piensa en la chica, sólo importa encontrar un chivo expiatorio, pero cuando aparece, también él es un manipulador que todo lo ha hecho por dinero.
El caso de la desaparición de Anna Lou termina relacionándose con la desaparición de otras chicas, treinta años atrás. El modus operandi de todas estas desapariciones parece ser el mismo a pesar de los años transcurridos.
Al final, todas las piezas del puzle encajan.
Hace poco que han estrenado la película basada en este bestseller.
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